jueves, 22 de abril de 2010

INTRODUCCIÓN

En el siguiente blog, expondremos las características de este síndrome tan extraño como curioso, catalogado en el apartado de trastornos del neurodesarrollo.

Ya en los años 50 se describieron algunos casos de niños con rasgos faciales comúnmente definidos como “cara de duende”, así como un retraso mental leve o moderado y un soplo cardíaco.

És possible que el vostre navegador no pugui visualitzar aquesta imatge. En cierta ocasión pidieron a una adolescente con un cociente intelectual de 49 que dibujara un elefante y relatara todo lo que conocía acerca del animal. Su dibujo fue casi indescifrable pero su descripción fue asombrosamente rica.
Entre otras cosas decía: "Tiene unas enormes orejas grises, orejas como abanicos, orejas que hacen soplar el viento…" La expresividad de la joven en cuestión es típica de personas con Síndrome de Williams.

A continuación profundizaremos en él, aportando toda clase de detalles y anécdotas obtenidas de la entrevista elaborada a la familia de una niña con el Síndrome Williams.

A través de esta experiencia personal, observamos las peculiaridades de esta niña, sus rasgos, su sensibilidad auditiva, su interacción con el adulto y demás niños, de su amor hacia la música como ocurría con el célebre Mozart, del cual se cree, que también poseía este síndrome.

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